lunes, 6 de abril de 2015

Caos en el aeropuerto – Nunca dejes tu maleta fuera de la vista

Después de unas semanas en Londres y Madrid, anoche volví a Jeddah en el vuelo directo de Saudi Airlines. El vuelo tuvo dos horas de retraso por un problema en el motor, así que llegué alrededor de las siete y media de la tarde junto a un montón de españoles que trabajan en el proyecto del AVE.

El aeropuerto, considerado el segundo peor del mundo, era un caos, lleno de cientos de peregrinos haciendo colas larguísimas para pasar el control de pasaportes. Hay una terminal específica para ellos, pero no sé por qué razón no los mandaron allí.







KAUST solía ofrecer a las mujeres solteras un servicio de asistencia para que uno de sus agentes del aeropuerto te acompañe y pases rápidamente los controles. El verano pasado lo solicité y me dijeron que ya solo se ofrecía a las visitas por negocios, aun así mi compañera me lo pidió esa mañana, ya que aunque no fuera una visita, yo volvía de un viaje por trabajo. En cuanto vi el follón que había en el aeropuerto miré mi email en el móvil y me decían que como no lo había solicitado con 24 horas de antelación no me lo daban, a pesar de eso, les escribí pidiéndoles que si por favor tenía alguien allí que me llamasen por teléfono, pero nadie me respondió.

Después de un buen rato en la cola, me sellaron el pasaporte y fui a recoger mis maletas.













Tuve la suerte de que fueron las primeras en salir, así que me fui rápidamente a la siguiente cola para pasar el último control del aeropuerto antes de salir a la calle, es decir, los rayos x para comprobar que no llevas algo ilegal (alcohol o cerdo). Había cuatro colas, me puse en la última, ya que había solo un grupo de unos cinco o seis peregrinos de blanco delante de mí. Pero quién me mandaría porque ahí empezó el follón.





















Metí primero mi maleta de mano, después las dos grandes y el bolso, pero con la mala suerte de que mis maletas pasaron y los peregrinos no se movían ni me dejaban a mí pasar, ya que estaban poniendo y quitando constantemente sus maletas del carrito. Después de un buen rato y casi a trompicones, conseguí pasar y en la cinta estaban mis dos maletas grandes y mi bolso. Las puse en el carrito y salí, pero a los 20 pasos me di cuenta de que me faltaba la de mano, así que volví corriendo a buscarla, pero ya no estaba allí. Miré alrededor y todo eran peregrinos, todos igual vestidos, como si de una peli de terror se tratase, e imposible encontrar a los que se habían llevado mi maleta.

Un chico español que salía a la vez que yo y vio todo el percal, se quedó conmigo hasta que un agente de seguridad me acompañó a la oficina de la policía del aeropuerto. Les conté todo y les describí mi maleta, pero lo único que hicieron fue darme un trozo de papel para que apuntase mi nombre y teléfono.  

Finalmente, me fui a casa con un buen disgusto, ya que en mi maleta iban el MacBook-Pro del trabajo, mi Kindle, un disco duro con un montón de documentos personales, un álbum de fotos que una amiga fotógrafa de Londres me había pedido traer a una clienta suya de Jeddah (pues no se fiaba de que llegase por correo), ropa sin estrenar, pendientes, collares, unas gafas de sol que me acababa de comprar, etc. etc.

Al llegar a KAUST, hablé con el departamento de Government Affairs, y han pedido al equipo que está en el aeropuerto que haga un seguimiento por si devolvieran la maleta, pero tengo pocas esperanzas, ya que estos peregrinos del aeropuerto se habrán ido andando a la estación de autobuses para ir a la Meca y probablemente mi maleta acabe abandonada en un autobús, o en la Meca.

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